Hace un par de años conocí la presentación del nuevo plan de turismo horizonte 2020 en el marco de una jornadas de turismo cultural. Unas de las recomendaciones que aportaban los expertos en marketing turístico, era apostar por crear la marca España Experiencial. Su recomendación giraba en torno a la creación de un portfolio de productos bajo el paraguas de España Experiencial y agrupándolos en experiencias y emocionales de alto valor, que sirva de referencia al sistema turístico español y que apoye el reposicionamiento del destino España.
Uno de los ejes es la gastronomía, de ahí el proyecto Saborea España: generador de experiencias gastronómicas.
Igualmente se destacaba con importancia el eje de valor y orientación al cliente para mejorar el valor ofrecido al cliente con experiencias turísticas que diferencien y potencien la personalidad y el posicionamiento de España como destino turístico, convirtiendo la gestión de la relación con el cliente y su satisfacción en el nuevo paradigma para el desarrollo,comercialización y gestión de los productos.
Cada vez que tenga lugar una de las “exclusivas funciones”, será única, con hora de inicio pero sin las prisas de un final preconcebido. El “telón” caerá cuando el “público”, director de la orquesta de las sensaciones y las emociones, decida. Eso sí, la “actriz protagonista” será siempre la gastronomía. Las sorpresas, los efectos especiales, corren a cargo de la tecnología: smartphones, tabletas y códigos QR, formarán parte del “elenco”, como vehículos transmisores de cuanto suceda en el Taller» .
Artículo vía Blog Guía Repsol