Todos los años por estas fechas, los que nos dedicamos a la comunicación y el marketing esperamos como agua de mayo, el anuncio navideño de la marca Campofrio.

No que decir tiene que cada año es un reto creativo para superarse y no caer en la mediocridad.

La pandemia ha sido el eje creativo y la desgracia del volcán de La Palma el detonante.

Destino que conozco y que desde este blog te recomiendo visitar.

Dejad de vivir Acojonados porque la vida es acojonante

“Acojonados”, nos invita a superar nuestros miedos y vivir cada día como sólo nosotros sabemos hacerlo.

Porque lo que de verdad acojona es que se nos olvide que ¡la vida es acojonante! #VivirEsAcojonante

Y debo de decir que es de las mejoras campañas de Campofrio de los últimos años.

Lo que no tiene impacto emocional no se almacena en nuestra memoria.

Vender productos de gran consumo para una marca como Campofrio desde la óptica del marketing experiencial y emocional no es sencillo.

Pero lo que está claro que la marcas consigue todos los años una notoriedad y visibilidad que muchas marcas quisieran.

E imagino que esta campaña se notará en los resultado de ventas anuales.

No podemos intentar vender una producto bajo una categoría emocional, si no somos capaces de acompañarla de una comunicación emocional. 

E impactar emocionalmente no es sencillo. Además podemos caer en la falta de autenticidad y credibilidad

Pero Campofrio lo consigue.

Marketing experiencial: experiencias de los sentimientos

Y la marca lo tiene claro aplicando el marketing emocional a través de los sentiminetos.

Donde se apelan a las emociones con el objeto de crear y consolidar vínculos emocionales entre los clientes y la marca. Alcanzan su punto álgido durante el consumo. Esto requiere que las marcas se esfuercen en comprender en profundidad qué estímulos son los responsables de despertar las emociones deseadas para provocar la máxima involucración del cliente con la marca.

Y Campofrio ha entendido que debía despertar emociones a involucrando al consumidor a través de la propuesta de que vivir acojona, pero vivir es «Acojonante».

La experiencia del consumidor estará vinculada estrechamente a las emociones y sentimientos más íntimos del sujeto, siendo el objetivo generar una experiencia afectiva hacia la marca o la empresa para el desarrollo de unos fuertes vínculos emocionales de alegría y orgullo.

Tiene como objetivo evocar en el individuo una serie de sentimientos positivos durante las situaciones de consumo de un producto o servicio.

De este modo, las experiencias afectivas son de grado, es decir, sentimientos que varían de intensidad desde estados de ánimo ligeramente positivos hasta emociones más intensas.

Y sin duda Campofrio abandera el marketing de pensamientos.

Frente al pensamiento de que vivir acojona, el anuncio nos invita a cambiarlo por uno más real: vivir es acojonante. Así nos lo traslada Karra Elejalde que interpreta el papel principal.

Experiencias del pensamiento para conectar con el consumidor

Igualmente se apuesta por el pensamiento.

En este caso se apelan al intelecto con la finalidad de generar experiencias de carácter cognitivo-resolutivo que involucren al cliente de forma creativa. Este tipo de experiencias, abarcan tanto el pensamiento convergente, como el divergente a través de la sorpresa, la provocación y la incertidumbre.

Y Campofrio lo consigue. Porque nos provoca a través de una reflexión y un pensamiento para que salgamos de este letargo y miedos para vivir la vida.

Porque la vida es ACOJONANTE.

Así que amigo y amiga lector/a.

Vive.

Y recuerda vivir también es urgente. Como nos invitaba el gran Pau Donés.

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