Repensar el turismo desde la endogamia
Repensar el turismo» es el lema que la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha elegido este año para la celebración de Día Internacional, en una edición que coincide con la recuperación de los movimientos de viajeros en el verano y con la incertidumbre sobre la evolución en la parte final del año.
Más allá de ser un día para la celebración, creo que debe ser una oportunidad para reflexionar y hacer algo de autocrítica, sobre el futuro del sector y de nuestro papel como profesionales del turismo.
Llevo años inspirando e intentando ayudar a empresarios y profesionales a «repensar» sus negocios y ofrecerles nuevos caminos a través de una disciplina que ha estado demasiado «manoseada» y «prostituida» como es el turismo experiencial.
Ya he comentado alguna vez que, hay una excesiva retórica en el turismo experiencial que no aportan nada: experiencias únicas, memorables, auténticas, generar emociones, conectar con emociones y un largo etc que huelga comentar.
Y no es tirar piedras «contra mi tejado» es tener la responsabilidad profesional de situar al turismo experiencial en el lugar que le corresponde, más allá de modas, terminologías o conceptos.
Creo que como profesionales estamos obligados a ser muy transparentes y pedagógicos con las nuevas generaciones de profesionales que se van a incorporar y que serán los que liderarán el fututo del turismo.
Preparando una conferencia para la Universidad Autónoma del Caribe, en Barranquilla, y en la que he ofrecido mi particular visión de cómo creo que tenemos que afrontar el futuro del turismo, me asaltó algo que ya venía pensando desde hace un tiempo.
Y reflexionando sobre cómo podemos repensar el turismo, me ha surgido una duda al respecto.
Si realmente solo los que estamos relacionados directa o indirectamente con la industria y desde el ámbito privado, público e institucional y académico, repensamos el futuro del turismo, me pregunto si:
¿No estaremos cayendo en una endogamia profesional perniciosa, que no nos llevará a explorar nuevos caminos alternativos y a realmente plantear nuevas propuestas innovadoras y disruptivas?
Yo entono mi «mea culpa» y creo que todos deberíamos realizar una autocrítica y preguntarnos si no estamos cayendo en una «endogamia profesional» que nos va a conducir a: más de lo mismo.
La RAE define endogamia así:
3. f. Actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo o institución.
Y creo realmente que estamos obligados a realizar un ejercicio de responsabilidad individual profesional para salir de esa endogamia e incorporar nuevas visiones de otros profesionales, generar nuevos espacios de reflexión para alumbrar nuevas ideas de otros sectores y explorar nuevos ámbitos educativos y académicos, con un planteamiento que nos lleven a poder repensar el turismo del futuro.
Sin duda la endogamia profesional, no es algo que solo se pueda observar en el sector turístico, pero soy consciente de que quizás debamos abrir espacios para incorporar nuevas mentalidades y un nuevo aire a esta industria.
Cómo podemos repensar el turismo desde otro ámbitos
En mi exposición en la conferencia yo hablaba de 4 ámbitos que he identificado desde mi particular experiencia profesional, en los que podemos actuar y que para mi son prioritarios: así son desde el ámbito profesional, desde del territorio, desde la experiencialidad y desde la virtualidad.
Y promovía que la verdadera innovación se produce en el cuadrante de repensar de manera radical y divergente pero con un enfoque hacia las personas.
Repensar el turismo desde el territorio
No cabe duda, que no podemos obviar que el «territorio» turístico es ese espacio donde cualquier actividad turística se desarrolla y debemos ser conscientes que es el punto de partida para repensar el turismo.
Y desde aquí, es donde creo que debemos repensar y replantearnos qué implicación y qué espacio le vamos a ofrecer a esas personas que habitan ese territorio que vamos a «invadir» como viajeros y turistas.
Detallé un ejemplo que creo ilustra mi reflexión.
Puse el ejemplo de cómo una idea no turística que partía de una premisa distinta como producto turístico, ha sido capaz de repensar el turismo desde el territorio: me refiero al proyecto EL Camino del anillo.
Un ejemplo claro de cómo desde el territorio han planteado una propuesta realmente innovadora, alejada del turismo de masas y integrando actores y con una clara declaración de intenciones de poner en valor un territorio como es la Sierra Norte de Madrid desde un contexto innovador.
El Camino del anillo es una peregrinación inspirada en la obra de Tolkien, El Señor de los anillos.
Sin duda una experiencia desde el territorio que apuesta por lo sostenible y que busca una nueva conexión con la naturaleza para desarrollar como dicen «el sentido del asombro, de la belleza y del cuidado de la misma»
No voy a incidir en que el turismo tenemos que hacerlo sostenible e implicar a la comunidad local, porque si no, vamos a caer en una «insostenible» situación que ya sabemos cómo la denominan: turismofobia.
Repensar el turismo desde el territorio también implica diseñar otra experiencialidad para abarcar un nuevo tipo de experiencia vamos a ofrecer.
Y ya no se trata de ofrecer algo auténtico y único: es pura retórica.
Debemos plantear un tipo de experiencia más pegada al terreno y más alineada con las nuevas tendencias de los nuevos viajeros y integrando y pensando en el territorio.
Y otro ejemplo que destacaba es el Camino de Santiagua
Así lo describen:
Reivindicar la necesidad de regenerar la vida marina del Cantábrico y revitalizar la zona con la llegada de un nuevo tipo de turismo son dos de los objetivos que persigue esta iniciativa
Sin duda un ejemplo de cómo repensar el turismo desde el territorio.
Repensar desde la virtualidad también creo que es necesario.
Creo que desgraciadamente no podremos conocer todos los destinos que nos gustaría y quizás nos tendremos que conocerlos virtualmente.
EL turismo virtual no es visualizar un video, o ponerte unas gafas de realidad aumentada y tener una inmersión experiencial.
Eso eso y mucho más.
Yo tengo mi propia visión del turismo virtual y ya he lanzado viajes virtuales como el transcafeyvino con empresarios de Colombia. Todo ello en vivo y en directo y con una experiencia muy trabajada donde habita la sorpresa, la autenticidad y lo sostenible.
Así que amigo/a profesional, feliz día mundial del turismo.
Toca repensar el turismo que queremos.
Me gustaría que compartieras tu visión de cómo repensar el turismo.
Nos vemos en 2023.