Hace unos días estuve viendo la película La Vida de Pi en familia, mi mujer, mi hija Sofía de 10 años y mi hijo Guillermo de 5 años. No la vimos en 3D pero por lo que he podido ver en opiniones, es de las películas que merece la pena realmente. Salimos encantados ya que hacía tiempo que no me emocionaba tanto una película. Tomando con distancia los espectaculares efectos especiales y que hay dos partes en la película que emocionan de muy distinta manera, la historia conecta con un espectador que quiere emociones desde la butaca de principio a fin.
Como dice en su crítica Javier Ocaña «es la eterna lucha entre hombre y animal por su propio espacio en la tierra, expuesta con emoción, dulzura, tacto, bravura. Una hora de sensaciones conmovedoras , absolutamente nuevas, en torno a la aventura de la vida».
“La vida de Pi es una fábula sobre la fe”, dice Ang Lee, uno de los mejores cineastas del mundo, pero también una persona de extraordinaria sabiduría y humildad. Sus películas no suelen ser apreciadas por cristianos –pues muestran a veces una confusa sexualidad–, pero es uno de los pocos directores que se atreve a hacer una “historia para creer en Dios” –como pretende Yann Martel en el sugerente libro que ha inspirado esta maravillosa película–. Una obra que ha sido calificada por el presidente Obama como “una elegante prueba de la existencia de Dios”.
He descubierto recientemente una acción de marketing experiencial para la premier de la película muy creativa y original. Se trata de la primera sala de cine montada sobre una piscina y donde los algunos afortunados pudieron ver en primicia el film. Quizás algunos piensen que la incomodidad de ver una película de casi dos horas sentados en un barca pueda resultar poco atractivo, pero a tenor de los comentarios parece que la experiencia fue plenamente satisfactoria.
Quizás hubiera sido más emocionante, coherente y alineada con la historia realizarlo en el mar, como ya se hizo arquitecto alemán Ole Scheeren construyó un cine sobre el mar. Archipiélago Cinema se diseñó con el fin de clausurar el Festival de Cine Film on the Rocks Yao Noi que se celebra en Tailandia. La sala al aire se situó sobre las apacibles aguas de la laguna Nai Pi Lae de la isla Kudu. El paisaje paradisiáco, con montañas que emergen del océano, rodeó la gran balsa que sirvió de plataforma para acomodar a los espectadores frente a una gran pantalla flotante.
Las acciones de marketing experiencial tratan de extender y generar una experiencia acorde y alineada con el producto y hoy en día sorprender de forma única y memorable al consumidor se antoja necesario. Bienvenida la creatividad y la originalidad para promocionar y presentar estrenos de películas.
Si conoces algún ejemplo similar, compártelo. Y si quieres dejar tu opinión o crítica sobre la película será bienvenida.
Aquí dejo el vídeo de la acción.
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