Mientras dure la guerra…del marketing.
No creas estimado lector de este blog, que este post es una reflexión sobre la recién estrenada película de Alejandro Amenábar.

Aunque la tentación ha estado ahí.
Soy un apasionado de la filmografía de Amenábar y de la bélica, sobre todo, las relacionadas con la segunda guerra mundial y como no las de nuestra guerra civil.
Pero no, este posto va de otra guerra, la del marketing.
Aunque no me resisto a recomendarte la película, la verdad. La pude ver hace unos días.
Un relato cinematográfico sobrio, emotivo y ciertamente nos puede ayudar a entender esa etapa histórica de España y los personajes involucrados.
También para reflexionar: una lección de historia que no dejará indiferente a nadie, de mucha actualidad sin duda. Pero necesaria, creo que como dice algún crítico de cine: Amenábar no titubea a la hora de humanizar a todos sus personajes.
Aunque siempre existirá la duda de hacia dónde el director quiere dirigir su mirada crítica.
Además, es un periodo histórico que me toca emocionalmente, ya que mis dos abuelos lucharon el en bando republicano, con suertes distintas.
Mi abuelo paterno, murió a finales de la guerra y el otro milagrosamente sobrevivió a un destierro en la playas de Francia.
Pero eso es otra historia, que quizás algún día contaré.
La guerra del marketing
Este blog y espacio de reflexión nació el 21 de septiembre de 2010, con el objetivo de inspirar, reflexionar y aportar una visión personal y profesional de este «mundo en guerra» que es el marketing y la comunicación.
Curiosa coincidencia de fechas
Curiosa coincidencia, con el día que nació este blog, la misma fecha de la reunión de los mandos militares sublevados que decidió el nombramiento de Franco como jefe de estado, «mientras dure la guerra».
Se celebró el 21 de septiembre de 1936 en un aeródromo a treinta kilómetros de Salamanca, habilitado en una finca propiedad del ganadero taurino Antonio Pérez Tabarnero.
El libro la guerra del marketing

No es la primera vez que se habla de guerra en el marketing. O más bien se utiliza metafóricamente la guerra para reflexionar en el contexto del marketing.
Un ejemplo es El arte de la guerra, un libro del que se considera que fue escrito, hacia el último tercio del siglo IV a. C. pero que si lo lees o has leído podrás comprobar su gran vigencia para el arte de la Guerra en el marketing.
El libro trata sobre tácticas y estrategias militares y fue elaborado por Sun Tzu, un famoso estratega militar chino.
Hace de años se acuñó el marketing de guerrilla como un conjunto de estrategias y técnicas de marketing, ejecutadas por medios no convencionales, y que consiguen su objetivo mediante el ingenio y la creatividad, en vez de mediante una alta inversión en espacios publicitarios.
Hace años el libro de dos autores reconocidos en la literatura del marketing publicaron este best seller. Atendiendo a las estrategias de marketing reconocidas mundialmente son presentadas por Al Ries y Jack Trout en esta edición especial del vigésimo aniversario.
Destacando las últimas y más poderosas tácticas, así como las perspectivas más actualizadas de por qué la guerra del marketing es aún más crucial en las compañías de hoy.
Esta actualizada guía estratégica le da a los especialistas en marketing habilidades para combatir esta guerra: defensiva, ofensiva, guerra por los flancos o guerrilla.
También ofrece análisis nuevos y profundos sobre algunos de los éxitos y errores de la mercadotecnia más importantes en las últimas dos décadas, incluyendo Volkswagen, Sony, Coca-Cola, Budweiser, IBM y McDonald’s; asimismo con los comentarios de éxitos y fracasos.
¡La guerra del marketing es el libro indispensable que escribió las reglas y continúa reescribiéndolas para la siguiente generación de especialistas en marketing!
Bueno ahora la historia de Franco, parece que se vuelve a reeditar con la película y además en plena polémica sobre la exhumación y reubicación del cuerpo del dictador.
El marketing en guerra y la guerra del marketing
Pues ciertamente parece que en marketing también estamos en guerra.
Hoy en día el objetivo sigue siendo el mismo, el consumidor esto es evidente. Las marca libran batallas para conquistar a un consumidor que se ha vuelto guerrillero, se ha vuelto no complejo, se ha vuelto extra-complejo.
Un un consumidor que yo denomino experisumidor: que demanda experiencias, pero no cualquier experiencia.
El consumidor libra igualmente una batalla por decidir a qué marca elegir. Y sobretodo demanda marcas más sostenibles, sociales y comprometidas.
Y también en la definición del nuevo consumidor existen nuevos planteamientos: prosumidor, experisumidor, consumidor colaborativo, cocreador etc.
Pero la guerra actual tiene otros frentes abiertos, la de los profesionales.
Otras tácticas que se han vuelto más sofisticadas y seguimos enfrascados en una lucha entre los profesionales para postular qué herramientas y estrategias son las más adecuadas para conectar con este nuevo consumidor.
Desde hace unos años han ido apareciendo nuevas disciplinas: marketing de atracción o inbound marketing, la gestión de la experiencia de cliente o customer experience, el marketing experiencial, el marketing de guerrilla, de eventos, el branded content, publicidad nativa y un largo etc que sería tedioso describir.
La guerra se está librando también en convencer a las marcas sobre qué herramienta y estrategia plantear para conquistar a este nuevo consumidor.
Pero como bien dice Unamuno en la película:
Vencer no es convencer. Para convencer es necesario persuadir.
Necesitamos persuadir a la marcas de qué herramienta es la más adecuada para conquistar al consumidor del siglo XXI.
Igualmente necesitamos persuadir a los consumidores de otra forma: quizás más honesta, más relevante y auténtica. Palabras que suenan bien pero que realmente es todo un reto para nosotros los profesionales.
Pero lejos de dogmas, creo que debemos ser valientes y defender como profesionales nuestras ideas y posturas para ganar esta batalla.
Unamuno y el marketing
A él se le atribuye la frase:
Deberíamos tratar de ser los padres de nuestro futuro en lugar de los descendientes de nuestro pasado.
Efectivamente creo que el marketing de hoy en día tiene muy poco de heredado del marketing del pasado. Me refiero que hay un antes y un después en el mundo del marketing.
Desde la irrupción de internet y el marketing digital, la guerra del marketing se ha recrudecido por imperativo de un consumidor que cada vez tiene más alternativas, más información y muy escéptico ante la publicidad.
Pero no debemos matar el pasado del marketing y la publicidad, más bien creo que deberíamos re-interpretarlo, porque muchas disciplinas actuales renombradas tienen las mismas bases.
Solo pensemos (los que son de mi generación lo entenderán mejor) que lo que hoy se llama inbound marketing es lo que ya en los años 90 llamábamos marketing directo y después marketing relacional.
Mientras dure la guerra…del marketing
El título de la película alude a que el nombramiento de Franco como jefe de estado, sería «mientras dure la guerra» y sí que duró.
Pero a diferencia, la guerra del marketing creo que será perpetua.
Pero también creo que ofrecerá oportunidades, porque al no ser una ciencia exacta, las dosis de creatividad, valentía y la asunción de riesgos podrá llevarte a encontrar nuevos caminos para conquistar al consumidor del siglo XXI.
Lo que sí que creo que debemos simplificar los conceptos, hacerlos más transversales y más didácticos.
Unamuno y el marketing emocional y experiencial
Otras de las frases de Unamuno es:
«Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.»
La faceta de Unamuno como filósofo es bien conocida, enfrentado principalmente contra su propio ser, personifica el debate constante, en las artes y el pensamiento, entre la racionalidad lógica y la espiritualidad del ser como alimento de los anhelos humanos.
Como dicen: Unamuno contradictorio, supo desencantarse de sus posiciones ideológicas.
En marketing experiencial se habla de cinco tipos de experiencias: percepción, sentimiento, pensamiento, relación y actuación.
Con las experiencias de sentimiento: las emociones se generan con experiencias. Sin emociones no conectas.
O al menos es más complicado. No todas las marcas están alineadas para conectar emocionalmente. Estas emociones deberán estar generadas en el transcurso de tu relación con el cliente.
El pensamiento: la experiencia debe ser capaza de hacer reflexionar a tu cliente actual y potencial.
No basta solo sentir, sino pensar. Es importante que una experiencia genere desafío intelectual para el cliente.
Pero no todos los cientes están alineados para recibir retos o desafíos intelectuales.
Parafraseando a Unamuno: hay que sentir la experiencia y pensar el sentimiento.
Estoy convencido que el reto para conquistar al consumidor del siglo XXI está por definir una nuevo enfoque del marketing experiencial y emocional
No basta con generar una experiencia. No basta que sea auténtica. No basta que conectemos emocionalmente.
El desafió es que mientras dure la guerra del marketing, existirán oportunidades para profesionales más valientes, arriesgados, creativos y volcados en cómo enriquecer la vida de nuestros clientes y consumidores.
Así que reta al consumidor y rétate a ti mismo. Dejemos de lado los conceptos rebuscados, dejemos de lado la endogamia y seamos más prácticos y cercanos.
Así que, sea como fuere, mientras tanto y duré la guerra del marketing aquí seguiré reflexionando y aportando mi visión. Espero que sea inspiradora, amigo lector.
Así que mientras dure la guerra del marketing…
1.- Prepárate para una nueva generación de consumidores que nos exigirán más autenticidad.
2.- Prepárate para persuadir con talento y creatividad.
3.- Prepárate para ser flexible y adaptarte a los nuevos requerimientos del mercado laboral relacionado con el marketing y la comunicación.
4.- Prepárate para una carrera de fondo, nada de sprintar esto va para largo.
5.- Prepárate para interpretar las paradojas…también del marketing.
En pleno discurso del viejo profesor lleno de hermosura y sensatez se levantó Millán Astray desbordante de ira para gritar, ¡muerte a la inteligencia! y ¡viva la muerte!, a lo que Unamuno respondió con una reflexión de viva a la vida, culminada con una frase que hoy resuena y resonará en el futuro inmediato en el panorama político.
Muerta a la vida es una paradoja.
Viva el marketing.