No es lo que cuentas solo, también cómo lo cuentas
Uno de los anglicismos que más usamos en marketing es el storytelling.
Pero quizás también, de los que más se han banalizado y trivilizado.
Hagamos lo que hagamos, vamos a tener que contarlo. Vamos a tener que elegir una audiencia, después uno o múltiples canales y, por último, una historia.
Las dos primeras son tareas relativamente sencillas, la tercera es un asunto bastante más delicado.
Aquí te dejo un video con más de tres millones de visualizaciones donde el experto David Phillips explica de manera magistral el concepto.
El experto en comunicación David JP Phillips lo explica muy bien haciendo, por cierto, un magnífico uso de los relatos, en su charla Ted, la mágica ciencia del storytelling.
En ella nos hace comprender cómo una buena historia activa enseguida nuestros neurotransmisores a través de hormonas como la dopamina, la serotonina y oxitocina, es decir, los accionadores de las emociones.
Esta explicación, que parte desde un punto de vista neurocientífico, no reafirma otra cosa que lo que es obvio: estamos configurados para comprender la realidad en un sentido profundo solo a través desde relato.
Los relatos nos hacen sentirnos vivos hasta el punto de mezclarse con la experiencia vivida.
Lo que pasa en una pantalla de cine no es real, pero nuestras emociones al ver esa película, son perfectamente reales.
Así, en última instancia, cualquier contenido en forma de relato atrapará nuestra atención durante todo el tiempo que dura una historia, modificará o hará evolucionar nuestra visión al respecto de algo (el mensaje de la historia) y se quedará con nosotros mucho tiempo, en nuestra memoria.
En ocasiones, toda la vida. ¿Quién no se acuerda de las películas de su infancia?
Vía blog Santanderx
Y también una masterclass mía donde reflexiono sobre el concepto.
Espero que te inspiren.